La Casa Sostres, ubicada en Barcelona, es el resultado de una relación única e interdependiente entre el arquitecto y el propietario. El programa que quería el cliente era ambicioso: biblioteca, estacionamiento, museo privado y público, cocina profesional, estudio y alojamiento para invitados y personal. El resultado es una fusión de dos necesidades opuestas en el mismo lugar: mostrar sus habilidades de cocina y obras de arte y ocultar la vida privada familiar.
Cerrada hacia el norte, la casa crece y se abre dramáticamente hacia el sur para aprovechar la luz y los espacios abiertos. El edificio en sí tiene ocho pisos. En los dos niveles inferiores, cocina y alojamiento para invitados y personal. El estacionamiento para su coche de época y las obras maestras públicas están en el acceso. La vivienda, estudio y biblioteca se encuentran en los pisos superiores, con buenas vistas al jardín.
Sus 7 metros de ancho se salvan sin pilares ni vigas visibles. La estructura desaparece gracias a sus materiales. El hormigón translúcido y las paredes correderas acristaladas de altura completa permiten que la luz atraviese todo el edificio. El límite entre la casa y la terraza se desmaterializa y el jardín se convierte en una extensión natural y fluida del interior, proporcionando aire fresco y vistas relajantes.
En oposición, la fachada maciza realizada en ladrillo tradicional con lamas metálicas ajustables ha sido diseñada para regular las vistas y el ruido exterior y proteger la vivienda.